Muchos creímos que, con el gobierno ‘nacionalista’ de Ollanta Humala, a la nominación del “Año del Centenario de Machu Picchu para el mundo” se añadiría el “Centenario del Nacimiento de José María Arguedas Altamirano”. Sin embargo, ni en el discurso presidencial del 28 de julio, ni en la presentación del primer Gabinete Ministerial, mencionaron para nada a José María Arguedas, salvo Aída García Naranjo, única excepción a la regla. ¿Es que la pauta cultural y literaria, en este régimen ollantista, lo dará el cosmopolita y neoliberal Vargas Llosa, en compensación por su condicional respaldo electoral?
¿Y dónde queda entonces, en esta supuesta etapa de la ‘gran transformación’, el más peruano de nuestros escritores? ¿Dónde la respuesta de Ollanta Humala a la solicitud planteada por el dirigente del Movimiento de Acción Ecológico Social Patria Verde? ¿Dónde aquello de: “Será para nosotros muy importante promover debidamente la celebración del centenario del nacimiento del amauta José María Arguedas”?
Así mismo, ¿qué podemos decir de la actual ministra, dizque amante y conocedora de la cultura en general y la cultura afro-peruana en particular, Susana Baca? Que la revaloración, “re-conocimiento” y difusión del ingente legado de José María Arguedas no está ni estará dentro de sus prioridades ‘nacionalistas’; es decir, no figura en su apretada y recargada ‘agenda’ ministerial.
En todo caso, para entender tales incoherencias, queda completamente justificado hablar de un Nacionalismo (neo)Tawantinsuyano de ADN y otro nacionalismo criollo de DNI; donde, obviamente, el nacionalismo ollantista se configura en la máxima expresión de esta segunda ‘alternativa’, con los ‘nacionalistas’ alquilados Salomón Lerner y Daniel Abugattás.
Así mismo, ¿qué podemos decir de la actual ministra, dizque amante y conocedora de la cultura en general y la cultura afro-peruana en particular, Susana Baca? Que la revaloración, “re-conocimiento” y difusión del ingente legado de José María Arguedas no está ni estará dentro de sus prioridades ‘nacionalistas’; es decir, no figura en su apretada y recargada ‘agenda’ ministerial.
En todo caso, para entender tales incoherencias, queda completamente justificado hablar de un Nacionalismo (neo)Tawantinsuyano de ADN y otro nacionalismo criollo de DNI; donde, obviamente, el nacionalismo ollantista se configura en la máxima expresión de esta segunda ‘alternativa’, con los ‘nacionalistas’ alquilados Salomón Lerner y Daniel Abugattás.
Escribe: Mario Mayhua Quispe
creo que los nacionalistas, en lo que corresponde a la cultura, no tienen ningún proyecto de revaloración de lo nuestro. espero que estos señores recapaciten y hagan algo o para empezar nos verán protestando en las calles, quemando llantas...
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