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La señora Valeriana Huillca Condori, y el profesor Domingo Quispe Viveros | . | . |
Escribe. Domingo Quispe Viveros.
Desde la primera
vez que llegué a escuchar la canción musical “Valicha”, fui atraído y cautivado
por la dulzura, suavidad y la apacibilidad de sus notas. Con el tiempo me
convencí de su autenticidad y representación al ser considerada como un símbolo de la música andina de renombre
mundial. Sin embargo, al escuchar y meditar en el mensaje de sus letras me
sorprendió el contraste y la paradoja entre su belleza musical y lo negativo de
su contenido, ya que mostraba el desprecio y el insulto a la mujer, en
particular a la mujer andina.
Desde
entonces en mi mente tejía conjeturas al respecto pensando en cómo habría sido
la vida de aquella mujer, en qué cosas habría tenido que hacer, para ser
motivo de semejante inspiración.
El año 2004, vine a trabajar al
distrito de Acopía, de la provincia de Acomayo, Cusco. Y, ¡oh sorpresa! Estaba
no solo en la tierra del autor de la canción “Valicha”, sino en la cuna de doña
Valeriana Huillca Condori, a quien en la aludida canción se conoce como
“Valicha”, ya que en el qeswasimi o quechua, en diminutivo o con cariño, a
Valeriana se le dice “Valicha”.
Más tarde supe que el autor de
“Valicha” había fallecido en un accidente, cuando estuvo de visita por tales
lares; pero, doña Valeriana existía y radicaba en el lugar. Fue entonces cuando
mi ansiedad por conocerla despertó, más aún cuando en el ambiente seguía
captando aires de misticismo con un hedor desagradable sobre “Valicha”. Me
enteré también que en el aniversario patrio y en la fiesta del pueblo
presentaban a “Valicha”, mas no a la auténtica persona de doña Valeriana, que
seguía siendo desconocida.
Por mi interés, logré otros
datos que me permitió formular la hipótesis de que la canción “Valicha” y con
mayor razón sus letras, se habían dado sobre la base de una tergiversación y
alteración de los hechos.
En una de esas fiestas tomé contacto
con doña Valeriana. Ella irradiaba un magnetismo personal atrayente y mucha
dulzura al hablar, aunque reflejaba al mismo tiempo desconfianza por el
desconocido, por el “misti”. Entonces pensé y estuve convencido de que una
mujer así, andina de origen, de cuerpo débil y de un espíritu profundo, tierno
y dulce, jamás habría podido causar daño alguno.
El interés por conocer realmente
a la verdadera “Valicha” y la historia que se tejió en torno a ella, hizo que,
juntamente con el colega Luis Alberto Herrera Osorio y con catedráticos de la
universidad del Cusco, le hiciéramos una visita a doña Valeriana. Ella nos
recibió con mucha amabilidad y hospitalidad, vestida con sus atuendos típicos.
Aquella fue una entrevista amena e interesante. Entre muchas cosas doña
Valeriana nos dijo que sobre ella se había creado toda una falsa historia…, que
hasta ahora sentía mucha pena y dolor por lo que la gente pensaba de “Valicha”…
y que se sentía utilizada solo para la exhibición de lo “malo” que pueda tener
una mujer. Nos contó sobre su origen andino en el seno de una familia humilde
que laboraba en la hacienda del patrón. Valeriana era entonces una niña que
entre canticos realizaba las labores del pastoreo entre los cerros, al tiempo
que hilaba lana de oveja. Con el tiempo Valeriana creció hermosa como las
flores del campo. Siendo adolescente, junto con otra amiga y jóvenes varones
del pueblo acopiano, entre los que se encontraba Miguel Ángel, hijo del patrón
de la hacienda donde trabajaba la familia de Valeriana, formaron un conjunto
musical.
En aquel conjunto musical
destacaba Valeriana, no solo por su hermosura, sino, por su voz melódica. Entre
otras composiciones de entonces, el grupo musical compuso “Valicha”, cuyas
letras las cantaba Valeriana y no eran las que hoy en día se conocen. Según
refiere doña Valeriana que entonces el joven Miguel Ángel la empezó a
pretender, pero al mismo tiempo era la atracción de otros miembros del grupo.
Fue así como, Miguel Ángel, director del grupo, argumentó que era hora de que
el conjunto se hiciera conocer en otros lugares, y para lo cual deberían salir
de gira a otras provincias. De modo que se acuerda esto y también el pago de
una multa para aquél que incumpliera los acuerdos.
En vísperas del viaje, un
integrante del grupo, que también pretendía a Valeriana, le advierte a ella sobre las verdaderas
intenciones de Miguel Ángel: Tenía planeado tomar por las buena o por las malas
a Valeriana, ya que ella no estaba correspondiendo a sus sentimientos. Asustada
Valeriana huye al Cusco y como no conoce a nadie se emplea en una picantería.
Estando allí, es la atracción de las miradas e intenciones pícaras de cuanto
parroquiano que acudía al lugar. Al poco tiempo se contactó con un paisano de
su pueblo que prestaba servicio militar en el cuartel, quien con el tiempo se
convierte en su pareja.
El joven Miguel Ángel al
enterarse de la huída de Valeriana y de su estancia en el Cusco, reventó en ira
y la impotencia. Fue presa de los celos y del despecho por el rechazo de Valeriana.
Inició comentarios negativos y falsas historias sobre su vida en el Cusco. En
el pueblo acopiano aquellas habladurías prendieron. “Valicha” se hizo entonces
un personaje indigno del pueblo y para la mujer acopiana, a lo cual, hasta la
misma iglesia se prestó.
Según refiere doña Valeriana,
ella nunca vio como serias, sinceras y buenas las intenciones del joven Miguel
Ángel, en aquel tiempo. Él era el hijo del patrón, de otra raza y con poder;
mientras que ella era una adolescente de condición humilde nacida en el seno de
una familia que era servidumbre. Entonces cómo una chica así de esa condición
podía tomar en serio aquel interés de dicho joven? ¿No sería que solo buscaba
aprovecharse de ella? Por su lado, el joven Miguel Ángel tomó esta
interpretación como un desaire y un rechazo a sus sentimientos por parte de la
“cholita”, de la india “Valicha”, de modo que en su condición de director del
conjunto musical con el tiempo cambió las letras de la canción “Valicha” y la registró a su nombre.
Al correr los años doña
Valeriana regresó a su pueblo natal y entonces se inició su calvario. No solo
era víctima de las miradas despectivas, del desprecio y las habladurías en su
pueblo, sino que hasta fue obligada a tener que vivir como desterrada en las
alturas del pueblo, pues según la gente, ella
era un mal ejemplo.
En
consecuencia, nosotros creemos que estando aún viva doña Valeriana Huillca
Condori, a nombre de todas las mujeres que aun en nuestro tiempo viven
agredidas, tenga que ser dignificada y se le tenga que pedir disculpas por
aquel maltrato que se ha hecho hasta colectivo. Porque de repente involuntariamente no se reparó en lo
degradante e hiriente de las letras de la canción “Valicha”.
(En la próxima entrada, publicaremos las letras de la cancion valicha: la versión actual y la versión original.
Qué trabajo tan interesante. Había escuchado muchas veces esta canción y el no entender el idioma quechua me impidió interesarme por la historia. Ahora que la conozco, y me pongo en el lugar de Valeriana, me pregunto si esta historia es pasada o es actual en muchas mujeres en nuestro país. Qué alejada de mi país he estado. Hoy leyendo esta historia rememoro este país que, a falta de una verdadera inclusión social, tiene distintas realidades, y me pregunto ¿qué será de la vida de Valeriana?
ResponderBorrarBien trabajo felicidades esta es la verdadera historia de Sra Valeriana Huillca Condori
ResponderBorrarFelicito de manera especial este trabajo, desde Puno su Amigo Víctor Barreda Del Arroyo Buenas Noches
ResponderBorrarBuen trabajo respecto al tema valicha me gustaria saber la version original y la version actual no me queda mas que felicitarlos.
ResponderBorrarbuen trabajo, pero se tejen tantas versiones, de esta historia, que uno ya no sabe cual es la verdadera, hubiera sido interesante tener una entrevista filmada, pero ahora es imposible, dado el fallecimiento de ''valicha''.
ResponderBorrarPD. espero con ansias la versión original y actual, seria un gran aporte.
Yo tengo entre mis archivos un audio donde Valeriana Huillca cuenta su testimonio y canta la versión original de la canción Valicha. Será motivo, en todo caso, para preparar un post sobre la versión original y actual de este importante wayno cusqueño.
ResponderBorrarValeriana Huillca Condori, quedaras en el corazón de tu pueblo Acopía, tu provincia Acomayo, del pueblo del Cusco y de todos los peruanos que amamos nuestra cultura; las aguas de las Lagunas Acopia, Pomacanchi, Asnacocha y Pampamarca son mudos testigos de la mujer hecha historia, tu legado no debe bastar para que solo hayas sido la inspiración la mundialmente conocida canción "Valicha" sino que debe servir para que todos los cusqueños y peruanos en general busquen reencontrarse con la historia de su Patria, con la tradición y cultura de nuestros pueblos que es cultivada de generación en generación y los cuales esperan nuestra visita, sintámonos orgullosos de ser peruanos herederos de la Cultura Inca y recorramos -en la medida de lo posible- cada rincón de este maravilloso Imperio, en especial los pueblos del Circuito Cuatro Lagunas. Valeriana Huillca Condori nunca serás olvidada.
ResponderBorrarUna mañana de mayo conocí a esta mujer.. Hace 20 años... Me impresionó su natural belleza. Era guapísima.
ResponderBorrarLíneas arriba había prometido escribir un post sobre la versión original del wayno Valicha. Procuré cumplir... Les dejo el enlace: http://apurimaq.com/valeriana-huillca-condori-valicha/
ResponderBorrarqué basura de hombre y qué pena, pobre mujer ...
ResponderBorrarsiempre el machismo de la sociedad occidentall y crisitiana.
bravo por tu trabajo. felicitaciones.
Excelente investigación.
ResponderBorrarLos argumentos que expone me parecen inconsistentes. Debería poner la letra del tema Valicha. Además, dónde estaban los padres de Valeriana?
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